Templos, skyline y mercado nocturno

Día desperdiciado, miro el móvil y son las dos y pico de la tarde. No sé si el móvil no ha sonado o yo no lo he escuchado pero no me he despertado. Ducha, té y café y salgo a patear la ciudad. Visito un templo normalito en mi calle y quedo impresionado con el Buda. Sigo hasta la puerta de Chinatown, entro en el templo Traimit y alucino más. Continuo por por el estrecho mercado Sampeng de Chinatown hasta que me encuentro con el Memorial monument y cruzo el puente del mismo nombre. Paseo a orillas del río Chrophraya y veo una iglesia con luces de puticlub, cojo un barco para cruzar al otro lado del río. Como un pinchito de pollo y un pumcake de leche condensada y platano y en marcha. Llego al Wat Suthat, flipo aún más, el templo esta lleno de gente que rezan al unísono una melodía endormecedora. Al salir del templo gigantesto con buda de oro, frente al Columpio rojo, me encuentro con una furgoneta que reparte comida a los más pobres y la cola da la vuelta a la esquina; las dos caras de la ciudad a pocos metros. Paso por el monumento a la democracia hasta que finalmente tras varios kilometros desde el río llego al gigantesto Buda del Wat Intharawihan ¡muero, me quedo sin palabras!. Cojo un taxi y voy al restaurante-bar Vertigo que se encuentra en la azotea de un lujoso hotel. Desde allí puedo contemplar toda la ciudad a vista de pájaro, la impresionante ciudad de Bangkok con sus millones de luces a mis pies. Me voy al mercado nocturno de Patpong.A parte del mercadillo en esta zona hay decenas de locales plagados de ladyboys y shows de ping pong. El acoso a los viandantes para que entres a los bares es excesivo, al igual que los taxistas, tuk-tukeros y gente que te recomienda cierta "oficina de información turística". Son muuuuu pesaos!!! Ceno unos pinchitos en un puesto, unas cervezas y al hostel. De los dos días que llevo en Bangkok puedo sacar ciertas conclusiones:

1-Al salir por la mañana a la calle se mezcla un olor a gasolina-mierda-fritanga-especias fuertes que es vomitivo. A los pocos minutos te acostumbras.
2-Nadie respeta las señales de tráfico ni los semáforos en rojo.
3-Una gran parte de la población fuma como si no hubiera un mañana y me sorprende la cantidad de gente gorda que hay. No todos los thai son delgados como yo pensaba.

A la cama, ¡espero levantarme pronto mañana!

Ratri sawas!