Halong Bay

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miércoles, 17 de diciembre de 2014

Mae Hong Son

Amanece y no me encuentro muy bien. He dormido mal, la cama y la almohada son muy duras, he pasado frío, los perros se han puesto de acuerdo para ladrar todos a la vez en mitad de la noche y para colmo no voy bien al baño. Además tengo el estómago revuelto de la rebujiña que hice anoche.

Me pongo en marcha para ver los templos del pueblo. Empiezo por los dos que están frente al lago: el Chong Kam y el Chong Klang. En este segundo el buda principal es de mimbre. Parece ser que la religión budista también es bastante sexista ya que hay una zona, el "altar" por llamarlo de alguna manera, que está permitido solo para los hombres. De camino al templo que está en la colina me encuentro con otro, el Muay Tor. Subo la colina que lleva hasta el Phra That Doi Kong Mu y desde allí puedo observar la ciudad y las montañas que separan Tailandia de Birmania. Es lo mejor de la ciudad.

En los alrededores de la ciudad hay actividades para hacer como visitar cuevas o hacer trekking. También son muy famosas las tribus Karem o mujeres jirafa pero he leído que son zoológicos humanos donde las mujeres, refugiadas birmanas, están obligadas por el gobierno tailandés a no abandonar el poblado para que el turista pueda contemplarlas como si fueran monos. Desde luego no voy a alimentar algo así.

Intento coger el bus de las 11h00 pero no quedan plazas, tengo que coger el de las 12h00. Me tomo la biodramina (tengo aprendida la lección con la ruta 1095) y tras 240 kms y 6h15 llego a Chiang Mai, como me suele pasar ya no quedan buses para Chiang Rai que era mi próximo destino. Compro billete para mañana a las 8h30.

Busco un hostel cerca de la estación hasta que doy con uno que aunque es un poco "caro" (250THB), está justo al lado y así no perder tiempo mañana por la mañana. La dueña es encantadora y te hace sentir como en casa desde el minuto uno.                         Una chica chilena y otra argentina que se alojan en el hostel y que están haciendo un curso de masaje tailandés, me ayudan a poner una lavadora. ¡Ya no me quedaba nada limpio! Me tomo un café y un plátano gratis en la recepción y me voy a cenar con Ovidiu que sigue en Chiang Mai, a los alrededores de la estación. Intercambiamos opiniones sobre lo que hemos hecho en Mae Hong Son y Chiang Mai y los dos coincidimos en que no nos encontramos bien fisicamente. Según ha escuchado él en su hostel, la gente después de pasar por Pai se pone enferma. Me despido de él y vuelvo para tender la lavadora. Vuelvo a mi habitación y me tomo la temperatura 37,3. Antes de cenar tenía 36,9. Tengo frío, ¡espero no ponerme malo! Voy a la recepción para pedir una manta y la mujer además me da dos pastillas que no sé lo que son pero según me dice es para prevenir el catarro y para el malestar pero que no es paracetamol.

¡A ver como amanezco mañana!

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