Halong Bay

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jueves, 18 de diciembre de 2014

Caminito a Sukhothai

¡Vaya nochecita! Eramos 3 en la habitación, uno de mis compañeros, el Dr tailandés, roncaba; el otro hablaba en sueños.
El colchón: un festival de muelles que me han dejado las vertebras en rompan filas. En pie a las 6.30 ya que quería coger el bus a Sukhothai de las 7.30 pero al tener que hacer cambio de estación no he llegado a tiempo como me pasa con todos los buses en Tailandia. Al final tengo que coger el de las 8.30 que me lleva a Philsanulok y de ahí coger otro a Sukhothai. Eso sí, mi bus sale con más de 10mi de retraso.
Durante el trayecto compro un redbull (la bebida nació aquí) y me sorprende que no lleve gas. Está más dulce y espeso que el que conocemos en España, es como un jarabe.

Llegada a Pilsanoulok a las 16h00, media hora de espera y bus a Sukhothai. De camino contemplo hectáreas y hectáreas de campos de arroz. Llego a las 17h30. Pregunto para alquilar una moto. Los que me la alquilan también tienen un hostel en el mismo sitio y reservo habitación justo en frente de la estación de bus.

Ducha y al centro a cenar algo. Preguntando por el mercado a un chaval me dice que ya está cerrado y que en esta ciudad la gente se va a dormir muy pronto. Me lleva al mercado de comida y entablamos conversación. Se llama Ket, thai, tiene 20 años y estudia ingeniería. Me cuenta que le gustan los animales y en su casa tiene serpientes, arañas y más animales exóticos. No habla mucho inglés y hay que echar mano del google translate thai-español. Ceno una sopa de noodles con pollo y vamos al 7 eleven a comprar algo de postre.
Acerco a Ket a su casa y vuelvo al hostal, no sin antes dar mil vueltas y preguntando porque no sé volver.

La primera impresión de la ciudad "nueva" es que no tiene nada de atractiva y está todo cerrado muy pronto. A ver mañana que tal las ruinas.

PD1: El traqueteo de los medios de transporte es directamente proporcional a la facilidad de quedarme frito en cualquier asiento y posición.

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